Daredevil: Born Again inicia con fuerza, explorando la lucha interna de Matt Murdock mientras se redefine dentro del UCM. Con actuaciones sólidas, acción intensa y una historia que se toma su tiempo, la serie promete una evolución interesante. Sin alcanzar aún la brutalidad de su predecesora, se mantiene la esencia del Diablo de Hell’s Kitchen.

Después de años de incertidumbre, Daredevil: Born Again llega con la difícil tarea de recuperar al justiciero de Hell’s Kitchen y al mismo tiempo reintroducirlo dentro del UCM. Los primeros tres episodios establecen un tono que mezcla lo introspectivo con la acción, invitándonos a presenciar el renacimiento de Matt Murdock como Daredevil en este nuevo universo.

Actuaciones que impactan

Charlie Cox regresa como Matt Murdock con una interpretación impecable. Su interpretación como Daredevil mantiene la intensidad emocional y la fisicalidad que lo hicieron icónico, pero con matices que lo diferencian de versiones anteriores. Vincent D’Onofrio también retoma su papel como Wilson Fisk/Kingpin, una presencia imponente que sigue siendo tan amenazante como en la serie original. La química entre ambos es palpable y promete grandes enfrentamientos en los episodios venideros.

Uno de los aspectos más interesantes de este reinicio es el conflicto interno de Matt tras cruzar una línea. A lo largo de estos episodios, la serie nos sumerge en su batalla entre la fe, la justicia y su destino como el Diablo de Hell’s Kitchen. Murdock sigue debatiéndose entre su papel de abogado y su necesidad de actuar fuera de la ley, con cada decisión empujándolo más hacia el borde. Su carga emocional es más palpable que nunca, y Charlie Cox logra transmitirla con una actuación llena de matices.

A diferencia de la versión de Netflix, donde Daredevil ya tenía un camino recorrido, aquí la serie nos invita a presenciar su nacimiento en el UCM. No es un inicio desde cero, pero sí un reajuste que plantea nuevas preguntas: ¿cómo se forjará este Daredevil? ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar? Los episodios establecen esta evolución con paciencia, mostrando un héroe que aún está descubriendo su lugar en este mundo.

Acción, brutalidad y coreografías a la altura.

Si hay algo que los fans esperaban, es que el combate de Daredevil volviera con la intensidad que lo caracterizó en la serie de Netflix. Y aunque aún no se alcanza el nivel de impacto de la versión anterior, las peleas están bien ejecutadas, con una mezcla de realismo y dinamismo que encajan con la esencia del personaje pese a el uso de CGI en las peleas. El uso del entorno y la fluidez en los golpes siguen siendo un punto fuerte.

La ambientación logra capturar la esencia de Hell’s Kitchen, aunque con algunas diferencias notables respecto a lo que vimos en la serie de Netflix. Si bien sigue siendo un mundo oscuro y peligroso, hay ciertos ajustes en el tono que pueden generar opiniones divididas entre los fans más fanáticos. La serie aún está encontrando su equilibrio entre la crudeza de antes y el nuevo enfoque de Marvel Studios.

Veredicto de los tres primeros episodios.

Daredevil: Born Again inicia con una propuesta cautivadora que explora la lucha interna de Matt Murdock mientras nos muestra su renacimiento dentro del UCM. Con un tono más pausado y reflexivo, la serie se toma su tiempo para desarrollar personajes y conflictos. El combate, la narrativa y la construcción del héroe apuntan en la dirección correcta, pero queda por ver si logrará alcanzar las expectativas de los fans más exigentes.