Until Dawn llega al cine con una mezcla sangrienta de terror, humor y bucles temporales que rinde homenaje al videojuego sin copiarlo del todo. Si te gustan los slashers absurdos, con muertes creativas y ver monstruos grotescos, esta cinta te va a entretener… aunque a veces no se tome ni a sí misma en serio.
Until Dawn llega al cine con una mezcla sangrienta de terror, humor y bucles temporales que rinde homenaje al videojuego sin copiarlo del todo. Si te gustan los slashers absurdos, con muertes creativas y ver monstruos grotescos, esta cinta te va a entretener… aunque a veces no se tome ni a sí misma en serio.
La nueva apuesta de PlayStation Studios llega a los cines con Until Dawn, una adaptación del famoso videojuego de terror que, contra todo pronóstico, resulta ser una experiencia tan absurda como entretenida.
Bajo la dirección de David F. Sandberg (Annabelle: Creation, Shazam!), la cinta mezcla sustos, humor negro y un bucle de muerte con reglas que cambian a cada rato.
El punto de partida es simple: un grupo de jóvenes llega a una cabaña en medio del bosque para seguir las pistas de una chica desaparecida. Pero lo que parecía un típico slasher se convierte rápidamente en una pesadilla con tintes de Destino Final y Scream!.
Los personajes mueren una y otra vez… y vuelven a despertar. Cada muerte es más ridícula y sangrienta que la anterior, lo cual —curiosamente— termina siendo parte del encanto.
Su encanto está en sus exageraciones
El resultado es un slasher, exagerado y sangriento que mezcla referencias al juego con temas del cine de horror adolescente clásico, sin perder el toque de absurdo que hizo famoso al original.
Aunque la historia es un revoltijo de clichés, loop temporal y criaturas que parecen sacadas de distintas películas de terror, Until Dawn nunca pretende tomarse en serio. Y ahí está su mayor acierto: sabe que es un festín de horror pop y se entrega al caos con gusto.
Ella Rubin lidera un elenco joven que cumple bien su papel de víctimas (a veces tontas, a veces valientes) y Peter Stormare brilla con su toque excéntrico como un personaje que los fans del juego reconocerán al instante.
Los wendigos, criaturas del folklore indígena que marcaron el giro sobrenatural del juego, están presentes y mejor diseñados que nunca, aunque se reservan para el último tercio. La película se toma libertades con la historia, y aunque los fans más puristas pueden levantar la ceja, la narrativa mantiene un ritmo frenético y sorprendentemente coherente dentro de su locura.
¿Es fiel al juego?
En espíritu, sí. Hay decisiones, consecuencias y monstruos. Pero es más una reimaginación que una copia directa. Y funciona porque sabe adaptarse al lenguaje del cine sin perder ese toque de “videojuego bizarro”.
Los que jugaron el título reconocerán de inmediato los escenarios, la cabaña, los túneles, el sanatorio… e incluso al misterioso terapeuta que irrumpe entre actos con preguntas directas al espectador.
Algunas actuaciones rozan lo caricaturesco y ciertos diálogos parecen sacados de un guion de TikTok. Pero Until Dawn funciona porque sabe lo que es: una cinta para gritar, reír y gozar con palomitas en mano. Es cine de terror que parpadea al espectador gamer con complicidad.
Si buscas una película de terror profunda, esta no es. Pero si lo tuyo son los sustos, el gore creativo y reírte con muertes imposibles, Until Dawn es tu boleto perfecto. Ponte cómodo, no pienses mucho y disfruta el bucle.
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