728 x 90
728 x 90
728 x 90

¿PODREMOS PERDONAR A ABBY COMO EN EL VIDEOJUEGO?

¿PODREMOS PERDONAR A ABBY COMO EN EL VIDEOJUEGO?

¿Puede Abby ganarse el corazón del público sin un control en las manos? La temporada 2 de The Last of Us enfrenta un reto narrativo único: lograr empatía por un personaje odiado sin la interacción del videojuego. Exploramos las dificultades… y qué tendría que hacer la serie para convertir a Abby de villana a anti-héroe.

¿Puede Abby ganarse el corazón del público sin un control en las manos? La temporada 2 de The Last of Us enfrenta un reto narrativo único: lograr empatía por un personaje odiado sin la interacción del videojuego. Exploramos las dificultades… y qué tendría que hacer la serie para convertir a Abby de villana a anti-héroe.

Abby Anderson es uno de los personajes más divisivos en la historia reciente de los videojuegos, y con su llegada a la temporada 2 de The Last of Us en MAX, el debate se reabre: ¿puede la audiencia empatizar con Abby en la serie del mismo modo que muchos lo hicieron en el videojuego? La respuesta corta es que no… al menos no de la misma manera.

Cuidado, esta nota contiene spoilers de la Temporada 2 y el videojuego de The Last of Us Part II

El reto de empatizar con Abby sin controlarla

En The Last of Us Parte II, el videojuego nos obliga a vivir en la piel de Abby durante varias horas. Tomamos decisiones como ella, combatimos como ella, sufrimos pérdidas a través de sus ojos. No se trata solo de observar su historia, sino de participar activamente en ella.

Es esa interacción la que permite que, poco a poco, se diluya el rechazo inicial hacia su personaje. El jugador deja de verla solo como “la asesina de Joel” y comienza a descubrir su lado humano, su culpa, su necesidad de venganza y su redención.

Los motivos de Abby, ¿entendibles o condenables?

Pero en televisión, la relación con un personaje es completamente distinta. El espectador es pasivo: no actúa, solo observa. Y si lo que ve no es suficientemente convincente desde la emoción o la lógica, la empatía simplemente no surge.

En el capítulo 2 de la temporada 2, Abby (interpretada por Kaitlyn Dever) es presentada como una guerrera fuerte, decidida, con una motivación clara: vengar a su padre. Sin embargo, al no haber vivido la conexión con él (más allá de breves flashbacks), y sin el tiempo que el juego le dedica a construir su humanidad, sus acciones pueden sentirse frías, incluso crueles.

Los directores de la serie ya han advertido que Abby no es una heroína, sino una anti-héroe. Y aunque eso no es necesariamente un problema —el mundo de The Last of Us está lleno de moralidades grises—, sí representa un reto mayor para lograr que el público conecte con ella.

La narrativa pasiva de la televisión no permite al espectador “perdonarla” de la misma forma que el juego, donde cada combate y cada escena contribuyen al proceso de entendimiento emocional.

Fuimos obligados a jugar con Abby

Esto nos lleva a un tema clave: la disonancia narrativa. En los videojuegos, puede ocurrir cuando la historia que se cuenta va en contra de las acciones que realiza el jugador, generando una sensación de incongruencia. En el caso de Abby, sin embargo, The Last of Us Parte II juega con esa disonancia a propósito, forzando al jugador a encarnar a quien consideraba el enemigo. Esa contradicción genera conflicto, pero también reflexión. En la serie, ese matiz se puede perder si el guion no dedica suficiente tiempo a construirla desde dentro.

Pasos para entender a Abby

Entonces, ¿qué se puede hacer para que Abby funcione como anti-héroe y no una villana en la serie?

Primero: desarrollar su historia de forma paralela a la de Ellie, no como antagonista sino como protagonista de una historia igualmente trágica. Segundo: mostrar más momentos íntimos, silenciosos, vulnerables. El espectador necesita conocer su dolor, no solo sus golpes. Tercero: construir relaciones sólidas a su alrededor. Personajes como Lev o Yara (que aparecen en el trailer de esta segunda temporada) serán fundamentales para servir como espejo emocional y punto de quiebre para el espectador.

Abby puede funcionar en la serie, pero no por las mismas razones que en el juego. No basta con verla actuar. Necesitamos sentir lo que ella siente, incluso si no podemos caminar con ella. La televisión no tiene controles, pero sí tiene corazón. Y si la serie logra usarlo con inteligencia, Abby no solo será entendida… quizá también sea perdonada.

Miguel Perdomo
ADMINISTRATOR
PROFILE

Posts Carousel

Leave a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked with *

Latest Posts

Top Authors

Most Commented

Featured Videos